Reitero nuestra voluntad que la educación sea siempre tratada como una política de Estado. Por eso hemos puesto al paciente en el corazón y en el centro de nuestra política de salud. Y por eso agradezco que más de un millón de familias hayan ya firmado el Contrato de Honor que refleja su testimonio y su compromiso de que se la van a jugar por la educación de sus hijos. También el año pasado capacitamos a un millón 100 mil compatriotas, y vamos a seguir trabajando para cumplir con la meta de capacitar a cinco millones de trabajadoras y trabajadores chilenos durante nuestro gobierno. Son centros asistenciales con más dos mil 200 camas, y que van a atender a más de 3,7 millones de chilenos. Y también el aumento en la asignación de excelencia pedagógica, que va a premiar a tantos buenos profesores; los incrementos de sueldos y nuevas atribuciones de los directores de escuelas y colegios; el bono de hasta 20 millones de pesos para facilitar un retiro digno de los profesores que están en edad de jubilar y el bono de hasta dos millones de pesos para mejorar las pensiones de aquellos profesores que ya jubilaron.
De los alumnos y profesores en la sala de clases, de los directores en las escuelas y liceos, de los padres en los hogares, de los alcaldes en las comunas, de los parlamentarios en este Congreso, del Ministro de Educación y, por cierto, del Presidente en La Moneda. Quiero reiterar mi compromiso de enfrentar el bullying y la violencia al interior de las escuelas. El 15 de octubre pasado pusimos en marcha un plan que incluyó la compra de miles de literas, colchones y frazadas resistentes al fuego; la reparación de baños y celdas; mejorar las condiciones de salud, de visitas de familiares y las condiciones de encierro, y también facilitar la rehabilitación y la reinserción social de nuestros reclusos. Con el apoyo de todos los sectores creamos el Ministerio de Interior y Seguridad Pública, implementamos el Plan Chile Seguro, los programas Barrio en Paz Residencial y Comercial. Son metas exigentes y obligarán al gobierno, pero también a los empleadores, a los propios trabajadores y a sus organizaciones sindicales y a las entidades de prevención, a trabajar por crear en Chile una cultura de respeto por la seguridad de nuestros trabajadores.
En materia de seguridad ciudadana la mano está cambiando. También en materia de transparencia los ciudadanos tienen derecho a saber cómo operan los órganos públicos que ellos financian con sus impuestos y también cómo se comportan las autoridades que ellos eligen con sus votos. ¿Y cómo está la salud en Chile? La droga y el narcotráfico seguían atrapando a nuestros niños y a nuestros jóvenes y destruyendo sin piedad la vida de tantas y de tantos, y habían logrado transformar a Chile en el país de mayor consumo de drogas en América Latina. Y para que en el futuro Chile sea un país bilingüe, necesitamos y estamos preparando un Plan Nacional de Inglés. El año pasado, después de visitar muchos recintos penitenciarios, le encargué al Ministro de Justicia un completo plan para mejorar la indigna situación de nuestras cárceles y de nuestros presos. Este fue un año de grandes avances en educación y quiero agradecer a este Congreso por haber aprobado, con amplias mayorías, la Reforma Educacional y la nueva institucionalidad, super vigo que crea la Agencia y la Superintendencia de Educación.
La lucha por la calidad y equidad de la educación no se gana con discursos o promesas. Tendremos un nuevo Simce de Tecnología de la Información y mejoraremos la calidad de la alimentación de nuestros niños, inspirándonos en el programa Elige Vivir Sano. Y mención especial merece el aumento en el Simce de Lectura. La educación, lo sabemos, es la madre de todas las batallas, supervigo es la cuna de la igualdad de oportunidades. Por eso, en marzo del próximo año vamos a inaugurar otros nuevos 30 liceos Bicentenario de Excelencia, multiplicando las oportunidades para los niños meritorios. Por eso, simultáneamente hemos implementado un plan de ayuda a los mil colegios con las mayores dificultades de aprendizaje. Por eso presentamos, por primera vez, un plan integral contra el alcoholismo y la droga, con metas exigentes, plazos exigentes y que podrán ser monitoreados por todos los chilenos y que incluye que toda persona que reincida en conducir en estado de ebriedad va a perder para siempre su licencia de conducir. Para entonces, en cinco o siete años, el Oeste había avanzado, y nosotros teníamos que robar una y otra vez, y quedábamos más y más atrás.